Primera División

Edinson Cavani, un flechazo al corazón del hincha de Boca

Artífice de la clasificación, el Matador se gana con cada gol, con cada esfuerzo, el amor del pueblo Xeneize.

Por Redacción EG ·

17 de abril de 2024

EDINSON CAVANI ya no deja ningún margen de duda: es el talismán más fuerte de este Boca que crece paulatinamente desde lo futbolístico, logró el pasaporte a los cuartos de la Copa de la Liga y buscará sellar su progreso nada menos que frente a River.

A sus 37 años, el Edi vive como si fuera un chico la experiencia de ponerse la camiseta Azul y Oro. Tan identificado está con los colores quela pasión bien entendida empieza por casa y se la transmite a su pequeño hijo, con el que salió a la cancha para vivir juntos en carne propia la sensación única y excitante de pisar ese mítico escenario.

El uruguayo, que viene en franca levantada desde hace varias fechas y al que finalmente"se le abrió el arco" para coronar el resto de sus virtudes desplegadas en el campo, fue el artífice de la clasificación tan ansiada, esa que hubo que trabajar durante más de 60 minutos con un hombre menos por la expulsión de una pieza clave como Cristian Medina.

Sobre ese sacrificio extra que hubo que hacer para luchar por el obligado triunfo, el charrúa manifestó que "se hacía cuesta arriba porque quedamos con diez y demostramos carácter, que hay un grupo que se está creando cada vez más. Fue una victoria merecida más allá de que por momentos tuvimos qeu protegernos bien. Se vieron cosas muy buenas cuando fuimos 11 contra 11 y tambien 10 contra 11, fue una buena prueba". 

Apenas diez minutos después del shock que significó la pérdida de Medina, Cavani salió al auxilio de Boca con un golazo espectacular. Tras partir desde la mediacancha trepó por izquierda y levantó la mano para pedirle a Luis Advíncula que le enviara el pase que terminó en su exquisita definición de zurda al recibir a espaldas de Lucas Arce y meter el estiletazo cruzado apenas después de que picó la pelota. 

"Son situaciones de partido donde uno va leyendo lo que pasa y trata de buscar posición para sorprender en el momento en que llegue la pelota. La fui leyendo, Luis me vio y gracias a Dios pudimos meterla adentro", explicó sobre su conquista, como si fuera fácil, una cuestión de oficina, marcar tan maravilloso tanto.

Pero lo suyo no fue sólo el gol: corrió, metió, ordenó, aportó inteligencia, voz de mando y esa jerarquía que constituye un plus para hacerlo diferente, más allá de que su actitud sea la de constituirse en una pieza más del equipo. "Eso es lo lindo del fútbol -explicó-: uno se tiene que entregar por el equipo, a veces toca estar arriba, a veces ganar, a veces tocan las feas. Hay que estar y mientras uno puede hacerlo y cumplirlo se siente feliz y orgulloso. Lo pude hacer y me siento feliz por haber aportado lo que aporté hoy: por momentos volante, por momentos delantero".

A falta de 12 minutos se retiró por un golpe y un calambre con la tranquilidad de no haberse guardado ni una sola gota de sacrificio y enfocado en lo que será el choque con River en Córdoba: "Ahora a recuperar para el lindo partido que se viene", dijo.

Después de marcar el gol del pasaporte y haberse abrazado con todos, el francotirador se quedó solo, de cara a su gente, con el típico gesto de sacar la flecha de su alforja y lanzarla a la tribuna en trance. Uno de esos hinchas hizo el gesto de tomar esa flecha y de guardársela en forma de ilusión hasta el domingo, cuando el Matador busque traspasar con su filoso elemento el corazón del archirrival y también meterse definitivamente en el de cada integrante del pueblo Xeneize.


IMAGEN DE PORTADA: AFP