Lágrimas de héroes: CR7 y un sentimiento que envolvió a muchos grandes

LOS CRACKS están hechos de alegrías y decepciones. De los supuestos fracasos se alimentan para obtener la fuerza que luego los catapulta a la cima que casi ninguno puede alcanzar, excepto ellos, guerreros virtuosos y sacrificados nacidos para ser diferentes e inolvidables.

Cada triunfo suyo es una expresión de felicidad que emerge de sus rostros, y como son cracks, esas muecas de alegría suelen ser moneda corriente en sus facciones. Aunque a veces las lágrimas cambian sus semblantes y asombran al mundo al demostrar que, después de todo, son seres humanos y no dioses, aunque lo parezcan por la envergadura de sus proezas.

Cristiano Ronaldo, épico futbolista del siglo XXI en ardua y leal disputa por ver quién es el mejor junto con Lionel Messi, dejó este lunes una imagen que conmocionó a todos y no sólo a él, que fue el protagonista. Su llanto desconsolado tras fallar un penal en la Eurocopa y el intento vano de sus compañeros por contenerlo dio la vuelta al mundo y tuvo la explicación del propio protagonista tras la clasificación a cuartos ante Eslovenia.

 

 

"Tristeza inicial y alegría al final, eso es lo que te da el fútbol, es inexplicable. Podía haber dado la victoria a Portugal, pero no pude. Oblak me lo paró. Durante un año no he fallado ningún penal y cuando más lo necesitaba, Oblak apareció", sintetizó el animal competitivo que a los 39 años no da el brazo a torcer.

Así como se solía decir que "los hombres también lloran", los superhéroes sin duda lo hacen. Y no es sólo cuestión de CR7. Diego Maradona, Messi, Neymar y hasta el Rey Pelé no tuvieron vergüenza en demostrar su felicidad o su desazón mediante las lágrimas.

En el caso del mítico futbolista brasileño, se pudo ver su más genuina emoción cuando en 2014 recibió el Balón de Oro a la trayectoria de parte de la FIFA. "Le prometí a mi familia que no iba a llorar, pero no pude cumplir", dijo el ganador de tres Mundiales durante la ceremonia de entrega.

 

 

Un compatriota suyo vigente en la actualidad más allá de la lesión que lo margina desde hace varios meses, Neymar, se mostró transparente y dio rienda suelta al llanto al perder la final de la Copa América contra Argentina en su propia tierra, en el mítico Maracaná, situación que no pudieron remediar los abrazos contenedores de Vinicius y del entrenador Tité.

 

 

Lo propio le ocurrió tras la eliminación de la Verdeamarela en el Mundial de Qatar 2022 a manos de Croacia y que le quitó la posibilidad de tener revancha frente a la Albiceleste en la Semifinal.

 

 

Lionel Messi también tiene llantos en su haber, ya sea de dicha o de profunda amargura. En la mencionada final de la Copa América 2021 lloró de alegría y desahogo por haber podido levantar una Copa con su amada Selección, como tanto lo había soñado y reiteradamente se le negaba. Y lo repitió al exhibir el trofeo ante su público en el Monumental.

 

 

De hecho, también se lo vio llorar pero de pena tras la final perdida por penales con Chile en la Copa América 2016, esa tras la cual renunció a la Albiceleste producto de la frustración aunque luego, afortunadamente, cambiara de parecer.

 

 

Aunque indudablemente el día que más conmovido se vio al capitán campeón del mundo fue en su despedida de Barcelona. Se quebró de tal forma que era imposible que pudiera continuar con su discurso.

 

 

Diego Maradona, mito inmortal de la Celeste y Blanca, conductor hacia la victoria de las escuadras nacionales en términos heroicos, no se privó de vivir desgarradores momentos que los hinchas sufrieron a la par. Tras la caída con Alemania en la final de Italia '90 le fue imposible a Pelusa contener el mar de llanto que inundó su rostro ante la decepción de no haber podido coronar esa épica Copa en la que hasta jugó con el tobillo destrozado.

 

 

Pero cuatro años antes, en México, lloró de felicidad tras obtener la segunda estrella para su país y convertirse definitivamente en el mejor jugador del mundo.

 

 

Y cómo olvidar sus genuinas y profundas lágrimas derramadas en la Bombonera el día en que se produjo su despedida de los estadios y dejó grabado para siempre una máxima convertida en ley: "La pelota no se mancha".

 

 

Reír, llorar... pero siempre deslumbrar. Una característica que experimentaron todos los fuera de serie de ese arte llamado fútbol.
 

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